En México, el 80.9% del parque vehicular dedicado al autotransporte de carga especializada es de materiales peligrosos, indican datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), es decir, más de 114 mil unidades circulan en todo el territorio nacional con algún riesgo adicional al de sólo impactarse sobre el asfalto o con otros vehículos.
De acuerdo con el Reglamento para el transporte terrestre de materiales y residuos peligrosos, existen al menos nueve clasificaciones de la carga conforme a sus características y nivel de peligro, es decir, que pueden explotar, contaminar, ser corrosivos o tóxicos, entre otras reacciones, lo que significa un riesgo latente en las carreteras, una responsabilidad civil y ecológica que transportistas deben considerar y procurar.
“Este tipo de accidentes no son nada baratos. En un siniestro normal entra la cobertura de responsabilidad civil normal, pero en un derrame de combustible, por ejemplo, ya hay afectaciones a la naturaleza donde entra la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) y la ley dice que se tiene que realizar la indemnización del daño”, comentó a T21, César Girón, Gerente de Prevención de Riesgos de Quálitas, compañía de seguros.
De acuerdo con el también especialista en seguridad vial, es importante que los permisionarios del autotransporte federal de productos peligrosos cuenten con una prima por Responsabilidad Civil Ecológica que cubre económicamente daños al ambiente, ya que “en muchos de estos siniestros pasan años en que se recupere un lago o un bosque, por eso está muy bien regulado y es obligatorio en la responsabilidad civil”, agregó.
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Además, en 2019 en México “se creó un impuesto para que las empresas que contaminen se responsabilicen por las afectaciones causadas por el derrame de residuos y que los recursos obtenidos sirvan, no solamente como indemnización económica, sino también para ayudar a corregir el daño ecológico”, indicó Quálitas en días pasados.
De acuerdo con César Girón, estos daños pueden representar una fuga de millones de pesos para el país como para los transportistas, mientras que una cobertura de Responsabilidad Civil Ecológica puede representar un 15% sobre el costo de la póliza de Responsabilidad Civil y tiene como finalidad hacer frente al impacto que genera la contaminación en el entorno.
Asimismo, comentó que cuando ocurre un siniestro de este tipo, la Profepa es quien se encarga de realizar los protocolos para atender la emergencia, ya que en el país son muy pocas las empresas que ofrecen un servicio de atención completa en un incidente de esta clase, de aquí la importancia de contar con capacitación especializada.
“La capacitación que damos en la compañía es de manejo defensivo, pero sí se hace hincapié en la carga peligrosa. Tomamos las regulaciones de la SCT y las mostramos a los conductores. Es hacer consciente al operador de lo que va cargando y las consecuencias que puede provocar un siniestro”, destacó el Gerente de Quálitas.
En ese sentido recomendó a las empresas planear brigadas de prevención, realizar una planeación del viaje, respetar lo establecido en la NOM-087- SCT- 2017 que regula los tiempos de conducción y descanso para los operadores, así como seguir las paradas autorizadas por la empresa y conocer los protocolos de qué hacer en un caso de robo o siniestro de la carga peligrosa.
La aseguradora también recomendó “tener en perfectas condiciones los frenos, sistemas de dirección, suspensión, escape de gases y llantas; instalar en el sistema eléctrico dispositivos que minimicen los riesgos de chispas o explosiones; contar con un dispositivo sonoro que se active al momento en el cual el vehículo se encuentre en movimiento de reversa; e incluir dispositivos de carga y descarga para transportar sustancias químicas peligrosas en cilindros”.
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